La adivinanza del celador

La adivinanza del celador

La adivinanza del celador

Cualquier ser humano puede obtener la libertad de elegir todo lo que desea.

Aquí está la Adivinanza: ¿Cómo hallar esta libertad? Si lo adivinas, tus manzanas caerán al cielo.

El Transurfing es un modo de elegir el propio destino, literalmente, como si fuera un producto en el supermercado.

Existen diferentes enfoques de la suerte. Uno de ellos es que la suerte es un destino y que está predeterminado. Hagas lo que hagas no puedes evitar el destino. El ser humano privado de la buena suerte se lamenta de su destino. En el Transurfing la idea del destino está basada en un concepto del universo completamente diferente. Admite que cada una de las ideas conocidas sobre el destino se levanta sobre una ideología determinada, la cual, a su vez, se basa en ciertos puntos de partida imposibles de demostrar.

Si tú en tu interior, has decidido que el destino es algo predeterminado que eres incapaz de cambiar, así será. En cambio si consideras que tú mismo creas tu destino, en este caso asumes conscientemente la responsabilidad de lo que te ocurre en la vida.

Tu elección siempre se realiza. Lo que eliges es lo que obtienes. Cualquiera que sea la concepción del mundo que decidas, la verdad siempre estará de tu parte. No hay que luchar por la felicidad y el bienestar, se puede simplemente elegir una variante a tu gusto.

La naturaleza del hombre es única, pero presenta siempre apariencias diferentes. Los científicos intentan unificar las diferentes manifestaciones de la realidad para evitar contradicciones, pero lo consiguen con mucha dificultad. Solo existe un único hecho que, sin duda alguna, aúna y reconcilia todas las ramas de conocimientos: la diversidad y el carácter polifacético de las formas en que se manifiesta la realidad. En nuestra realidad todo está grabado en un campo de información, al cual en Transurfing se le denomina espacio de las variantes, este espacio contiene la información sobre todo lo que hubo, hay y habrá.

El manejo del destino se reduce a algo simple: realizar la elección. El espacio de las variantes sirve de patrón y define de qué forma debe manifestarse la realización material.

De una manera u otra, la consciencia del hombre forma su destino. Pensar no es más que un minúsculo aspecto de la totalidad de la consciencia, la totalidad de lo que eres.

Sé consciente de los pensamientos. ¿Qué estás pensando? Sepáralos de la situación, que es siempre neutra, que siempre es como es. Mientras tus pensamientos se encaminen más o menos en la misma dirección, al ser consciente de lo que se piensa se genera una emoción. Observa la conexión entre el pensamiento y la emoción, alquílate*, sé la consciencia y entonces tendrás claridad para elegir y actuar.

En este contexto, Alquilarse significa «actuar con indiferencia, sin crear potenciales excesivos, y, no obstante, hacer lo necesario con precisión»

 


Frank Sánchez
Facilitador de Transurfing

 

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